sábado, 18 de diciembre de 2010

UN ANUNCIO DE LA ASOCIACIÓN EN LA REVISTA "SUMA"



La revista SUMA, órgano de difusión de la Federación de Sociedades de Profesores de Matemáticas, ha publicado un anuncio gratuito de la Asociación.
Agradecemos su apoyo a nuestro trabajo y animamos a los suscriptores de esta prestigiosa revista a participar en nuestro proyecto.

VIAJE A SANSANA DE UN GRUPO DE SOCIOS

El día 26 de diciembre, cuatro socios, entre los que está el Presidente, van a viajar a Sansana donde van a permanecer durante una semana. Se van reunir con todas las personas relacionadas con el proyecto: el alcalde, el inspector de educación, el director de la escuela, los profesores, el constructor, el agrónomo y con todo el pueblo. Se va a conocer de primera mano la situación actual del proyecto y se va a hacer un estudio sobre la realización de las actividades previstas para el año próximo: la escuela de formación de mujeres, el dispensario escolar y la escuela infantil.
Se aprovechará para llevar una extensa colección de libros de lectura donada por el Liceo Francés de Madrid, con el fin de hacer una biblioteca escolar, y material de plástica y matemáticas, donado por varias personas, que se trabajará durante varios días con profesores y alumnos para que conozcan y aprendan sus posibilidades.
No es necesario decir que todos los gastos del viaje los pagan las cuatro personas participantes.

ARSÈNE, REPRESENTANTE DE LA ASOCIACIÓN EN SANSANA


Arsène es una persona de nuestra absoluta confianza que ha estado en Sansana en dos ocasiones para ayudar a la buena marcha del proyecto y ha enviado informes que nos han permitido hacernos una idea precisa de la situación. Está previsto que siga haciendo estas visitas cada uno o dos meses.
Fue nuestro representante en la ceremonia oficial de recepción de la Escuela y de sus llaves de manos de Eric, el constructor y de su entrega a la Inspección de Educación.

LOTERÍA DE NAVIDAD


Hemos comprado billetes de lotería de Navidad y hemos hecho talonarios de papeletas de cinco euros cada una, unos de los cuales es un donativo para la Asociación. Cualquiera que esté interesado puede enviar un correo a nuestra dirección escuelasansana@gmail.com y le facilitaremos las papeletas que quiera.

viernes, 10 de diciembre de 2010

ANIMISMO EN LAS CUTURAS AFRICANAS. Autor: Luis Mª Cifuentes Pérez

EL ANIMISMO EN LAS CULTURAS AFRICANAS

La asociación Escuela Sansana, agradece la colaboración a su ilustre socio.

No puedo considerarme un especialista en el animismo y, menos aún, en el animismo africano, aunque debido a la amable invitación de la Asociación “Escuela Sansana” me permito ofrecer a ustedes unas reflexiones filosóficas al respecto.
Antes de entrar en el tema, vaya por delante una reflexión genérica sobre la condición humana y su íntima conexión con el animismo y la religión en todas sus formas. Cualquier conocedor de la prehistoria y todos los antropólogos culturales confirman el siguiente hecho; que uno de los primeros y más interesantes hallazgos de cualquier cultura humana son sus necrópolis y todo lo que en ellas se encuentra (monumentos funerarios, estatuas, regalos, pinturas etc.). Esa constante en la historia de la Humanidad nos revela que la condición mortal del ser humano y su deseo de sobrepasar de algún modo sus propios límites temporales constituyen algo esencial a la vida humana. La conciencia de la finitud humana es algo exclusivo del ser humano ya que es el único animal que sabe que vive y es consciente también de lo que significa la muerte, la de los demás y la suya propia. Por eso, todas las sociedades humanas se han planteado de diferentes modos su recuerdo de los antepasados y su relación con ellos.

El hecho de tener conciencia de la temporalidad humana y, como decía Unamuno, el deseo universal de inmortalidad, está en el origen de la mayoría de los ritos y mitos que impregnan la historia de las religiones y del animismo. Si los humanos somos mortales y los dioses son superiores a los humanos es porque poseen una cualidad inalcanzable a todos nosotros: la inmortalidad. Tanto en el animismo como en las grandes religiones del Libro (Judaísmo, Cristianismo e Islam) la divinidad siempre aparece dotada de una vida superior, de una vida eterna más allá de la caducidad de todos los seres vivos. La Naturaleza que se presenta a los ojos humanos como un entorno en el que aparecen y desaparecen numerosos seres vivos es para el animismo objeto de adoración en sus vegetales y en sus animales; de ahí que se puede hablar de “dendrolatría” y de “zoolatría” en todas aquellas culturas que adorna determinados árboles y algunas especies animales. Todavía hoy nos resulta sorprendente e incomprensible a muchos occidentales el hecho de que millones de hindúes adoren a las vacas y los consideren como animal sagrado e intocable. Las atinadas explicaciones que a este respecto hizo el antropólogo Marvin Harris desde un punto de vista materialista no son, sin embargo, suficientes para dar cuenta de todos los elementos que componen la visión hinduista del mundo y de la sociedad. Puede pensarse, por ejemplo, en el sistema de castas tan jerarquizado y rígido que todavía hoy se mantiene en la India.

Uno de los autores que más ha influido en la teorización del animismo ha sido el antropólogo británico Edward Tylor. Su principal obra, Primitive Culture, de 1871, sentó las bases conceptuales sobre este tema que posteriormente a lo largo del siglo XX fueron desarrollando la Antropología cultural, la Sociología de la religión y la Psicología del hecho religioso. La tesis principal de Tylor es que el animismo constituye el estadio primitivo de todas las religiones puesto que es una explicación del mundo basada en atribución de poderes sobrehumanos a fenómenos a plantas y animales que por alguna razón admiramos o tememos. Esta versión positivista del animismo y de las religiones tuvo en su época una gran influencia pues la filosofía positivista en la que se sustentaba. Según el positivismo de Auguste Comte (s.XIX) la religión sería sustituída progresivamente por la filosofía y posteriormente por las ciencias que lo explicarían todo y nos proporcionarían un dominio absoluto del universo.

Es fácil comprobar que esta visión de la historia no se ha cumplido en absoluto, puesto que en el mundo actual siguen existiendo multitud de creencias animistas y, lo que es más grave, muchos de los creyentes de las grandes religiones del Libro (Judaísmo, cristianismo e Islam) han ido derivando en los últimos años hacia posiciones fundamentalistas próximas al fanatismo y a la violencia. Creo que el animismo tiene al menos una ventaja sobre las religiones animistas; y es que siempre trata de buscar explicaciones armoniosas de los fenómenos naturales y de conciliar nuestro dolor con nuestra felicidad; en cambio, las grandes religiones monoteístas tienen un peligro evidente, porque intentar imponer a los demás su visión del mundo y su modo de entender la verdad, el bien y la felicidad. Y por eso me pregunto: ¿Por qué será que existe en nuestro castellano más antiguo aquella famosa frase de “me quiso hacer comulgar con ruedas de molino”?
Las críticas a la teoría del animismo de Tylor han provenido de la filosofía de la religión, así como de la sociología y de psicología. Tylor pensaba que lo esencial del animismo y de las religiones era su pretensión de ser una explicación del mundo; para él lo importante es que el animismo era la fase ingenua y primitiva de las religiones, dado que él defendía el evolucionismo cultural y una serie de constantes en toda la evolución cultural de la Humanidad. La atribución de vida psíquica a los minerales, rocas y plantas era para Tylor una fase previa a la creación de las grandes religiones, sobre todo las monoteístas. Todas pretenden ofrecer explicaciones de todos los enigmas de la realidad natural y de la historia y la sociedad humana.

Sin embargo, el evolucionismo cultural de Tylor no ha sido capaz de dar cuenta de muchos elementos sociológicos y psicológicos asociados a las religiones. Autores como Emile Durkheim y Marcel Mauss criticaron los fundamentos teóricos de Tylor por haber privilegiado únicamente el sentido intelectual y explicativo en las religiones, olvidando por completo los elementos sociales y psíquicos que son esenciales en el hecho religioso. Ambos sociólogos franceses mostraron mediante estudios empíricos cómo las religiones dan sentido a la vida de las personas y de las comunidades, dotan de un simbolismo sublime los ritos y las ceremonias colectivas y son políticamente muy importantes por su relación con el poder y por su contribución a la cohesión social. Solamente basta con pensar en la historia de España desde el siglo XV hasta el XX para comprender hasta qué punto la historia social, cultural y política de nuestro país estuvo condicionada por el catolicismo. Yo siempre he dicho que el teatro occidental fue una creación griega, pero quien lo heredó y quien mejor lo conservó hasta nuestros días fue la Iglesia católica. Sus ceremonias, sus ritos, su música y todas las artes escénicas que en Europa ha creado la cultura católica desde la Edad Media hasta hoy son de un extraordinario valor social y simbólico. Baste un ejemplo entre miles. Antes de que se inventara la imprenta en Europa, las vidrieras de las catedrales católicas medievales ya sirvieron de escenario visual lleno de colorido para explicar todas escenas de la Biblia. Fueron un libro en viñetas, unas secuencias cinematográficas aptas para todos los públicos.
Otra crítica que se ha hecho desde la Filosofía a las teorías de Tylor sobre el animismo se basa en que las grandes religiones del libro (Judaísmo, Cristianismo e Islam) no son, en absoluto, la etapa siguiente del animismo. Estas grandes religiones constituyen lo que Gustavo Bueno ha llamado “religiones circulares” frente a las tradiciones animistas que se denominan “religiones angulares”. Las religiones circulares se basan en que los seres humanos han creado a los dioses a su imagen y semejanza; mientras que las religiones angulares, como el animismo, han creado a los dioses a imagen y semejanza de los animales; es decir, que son ante todo una “zoolatría”. Parece bastante obvio que el cristianismo ha sido uno de los mayores intentos de la racionalidad humana por superar la antítesis entre lo humano y lo divino, al inventar nada menos que la figura de Jesucristo, un Dios-Hombre que vivió como Hombre-Dios en la época del Imperio de Augusto y que murió para resucitar poco después. ¿Puede haber una mayor contradicción entre lo humano y lo divino, entre la historia y la eternidad? ¿Puede haber alguien que pueda comprender racionalmente esa cuadratura del círculo?
Pero volviendo al tema del animismo, quiero ir terminando esta pequeña disertación, criticando a Tylor por su visión demasiado etnocéntrica de la religión al haber adoptado una posición de científico occidental que le impedía ver sin prejuicios las demás culturas. A lo largo del siglo XX los numerosos estudios antropológicos han ido mostrando que las tradiciones animistas no han desaparecido por la convivencia con las grandes religiones que los colonizadores europeos exportaron a muchos países del mundo. En África, en América, en Asia y en Oceanía los cristianos europeos que conquistaron tantos territorios con la espada y con la cruz, no lograron aniquilar todos los elementos tradicionales de las culturas indígenas, aunque en muchas ocasiones lo intentaron.
A este propósito, quiero contaros una anécdota que viví en un Congreso de Filosofía al que asistí en enero de este año en la Ciudad de México; un profesor mexicano de la UNAM estaba analizando la polémica entre dos teólogos españoles del siglo XVI (Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de Las Casas) a propósito de si los indios eran bárbaros o no. En un momento de su intervención hizo una reflexión en voz alta no exenta de ironía hablando del tema del canibalismo que se practicaba en algunos pueblos indígenas. Si tanto les asustaba esto a los conquistadores españoles, ¿Por qué los misioneros españoles obligaban a comer a los indios el cuerpo de Cristo en sus misas católicas? ¿Eso ya no es canibalismo ni antropofagia? Me imagino a aquellos indios americanos asustados e incrédulos, poco menos que alucinados, cuando los españoles les aseguraban que la hostia y el vino se habían convertido en el cuerpo y la sangre de Cristo.

Los antiguos filósofos llamaban escolios a las conclusiones finales y yo voy a terminar con una serie de reflexiones sobre Burkina Fasso. Como todos ustedes saben, Burkina Fasso es una antigua colonia de Francia denominada Alto Volta; se llama así a este país africano desde que en 1960 consiguió su independencia. Su nombre significa en las lenguas indígenas de ese país “patria de los hombres íntegros”. En ese país, según algunas estadísticas, el 50% de la población son musulmanes; del resto, un porcentaje importante podría ser englobado en lo que se denomina las tradiciones animistas africanas. Ignoro cuántos habitantes de Burkina Fasso profesan el cristianismo en algunas de sus formas. Quizás en el Vaticano estén mejor informados que yo, pero no dispongo de contactos importantes con el Estado-Ciudad más pequeño del mundo ni con sus fuentes de información.

Quiero terminar este pequeño viaje por el animismo, recordando mi vieja ilusión juvenil de convertirme algún día en antropólogo cultural. Para ello todos ustedes ya pueden ir pensando en organizar una expedición a Burkina Fasso con el fin de analizar su cultura, sus lenguas, sus tradiciones animistas y sus instituciones sociales y políticas. Por mi parte, ya he comenzado a repasar mi francés semioxidado y a preparar mi cuaderno de bitácora para no perderme por el continente africano.
Nos vemos en la próxima estación, en la Escuela Sansana.
Un abrazo de Luis María Cifuentes, explorador sin fronteras.

lunes, 6 de diciembre de 2010

"ESCUELA SANSANA" Artículo de EUGENIO FUENTES

"ESCUELA SANSANA"

Artículo de Eugenio Fuentes Pulido

Publicado el 5 de diciembre de 2010

Hoy.es (Extremadura).

La Asociación Escuela Sansana agradece al insigne escritor el artículo que la dedica y se enorgullece de tenerle entre sus socios.

ESCUELA SANSANA

Un médico español de una pequeña ciudad de provincias viaja de vacaciones a un país de América del Sur. El azar y la curiosidad lo empujan hacia ambientes alejados de las rutas más turísticas y así conoce a los nativos de una zona apartada y observa las dificultades y carencias que sufren. Establece algunos contactos y al volver a su ciudad dedica una parte de su tiempo, con una absoluta generosidad, a crear una oenegé para ayudar al desarrollo sanitario de aquella comunidad nativa.

Con cierta prevención, un grupo de amigos decide cambiar sus habituales vacaciones en países civilizados del primer mundo por un viaje a un exótico país de África del que apenas conocen, con ayuda de la wikipedia y de unos libros de viaje, unas estadísticas, su situación en los mapas y las fronteras trazadas a tiralíneas por los colonizadores. Se ponen las vacunas necesarias y llegan a su destino. Con los ojos muy abiertos, chocan con una realidad de atraso, de costumbres tribales, de discriminación de la mujer, de carencias de agua, vivienda y educación que les causa cierto desasosiego. La naturaleza del país ofrece recursos que, con una gestión adecuada, podrían cambiar la situación de atraso y desamparo. A la vuelta se sienten inquietos e incómodos por lo que han visto, se lo piensan y, casi sin darse cuenta, fundan una asociación para levantar una escuela donde impartir la educación necesaria que, posteriormente, pueda desencadenar otros logros. No les basta con la colaboración ocasional y efímera cuando salen en televisión las imágenes de niños famélicos, con el vientre hinchado y los párpados comidos por las moscas. De un modo tranquilo y firme, pretenden sustituir esas fotografías por imágenes luminosas. Ellos son los primeros en implicar su tiempo y su dinero sin recibir nada a cambio, y solicitan ayuda de amigos y conocidos, dan la lata a sus amigos vendiendo papeletas, organizando subastas e inscribiendo a socios, hacen llamadas telefónicas y esperan ante las puertas de quienes puedan ampliar sus recursos.

Javier García-Rivera. Arquitecto
Son dos ejemplos como otros muchos que sin duda todo el mundo conoce. Desde la iglesia y las oenegés más conocidas hasta pequeños grupos de solidaridad, todos contribuyen a paliar el atraso, las enfermedades, el hambre y la pobreza de los más desfavorecidos de la tierra. La crisis que nos aplasta ha provocado un fuerte recorte en las ayudas para la cooperación y el último y más profundo rebote cae sobre el Tercer Mundo, por lo que la labor de estas organizaciones humanitarias resulta más necesaria que nunca.

Fundaciones presididas por cantantes y actores famosísimos o por deportistas de élite tienen grandes recursos, organizan macroconciertos y competiciones de fútbol o de tenis para luchar contra el hambre o el sida. Pero quienes sobre todo se ganan mi admiración y mi confianza no son las grandes organizaciones que gastan una parte de sus recursos en mantener sus propias infraestructuras, sino esas otras anónimas y humildes, pero acaso más tenaces, que se empeñan en hacer su trabajo sin que nadie las conozca, sin caer en el pesimismo a pesar de las dificultades y de las negativas con que casi siempre se encuentran, formadas por ciudadanos normales que pasan por la calle camino del trabajo con su maletín, en el que llevan, junto al fonendoscopio o los exámenes corregidos de los alumnos, una hoja de inscripción en la organización. Como todo su trabajo es altruista, no gastan nada en infraestructuras ni en publicidad ni en locales. Toda la gestión de sus recursos y de sus actividades está a la vista, de un modo transparente.

Una de estas pequeñas oenegés se llama Escuela Sansana y desarrolla su labor en Burkina Faso, una nación africana que ocupa el lugar 161 de los 182 países del Índice de Desarrollo Humano establecido por la ONU. Los datos son aplastantes: la media de la esperanza de vida es 49 años y el analfabetismo alcanza un 70%. Un 47% de los niños de áreas rurales padece malnutrición. En una aldea llamada Sansana, y bajo la dirección de un arquitecto español desplazado a la zona, la asociación con ese nombre ha construido una escuela de tres aulas con mobiliario escolar y, anexos a ella, un comedor, una huerta, un pozo, un molino y un campo de maíz. Desde el principio de este curso escolar, la huerta y el campo de maíz proporcionan los alimentos necesarios para la comida de los alumnos, el pozo sirve para regar la huerta y el molino para simplificar el trabajo de molienda que, con el método tradicional usado por las mujeres, exigía un gran esfuerzo físico y largas horas de dedicación. Los siguientes objetivos de este proyecto autosuficiente y sostenible son la construcción de un dispensario médico y un centro de atención a las mujeres. Es fácil verlo todo en un ordenador con un golpe de ratón.

De acuerdo, de acuerdo. Las heridas del mundo no se van a cerrar porque un médico de provincias o un grupo de amigos decidan dedicar su tiempo y prescindir de algunas comodidades para mejorar la salud de una tribu del Amazonas o para construir una escuela y un comedor en un poblado africano. Pero, al menos, están contribuyendo a calmar el dolor de sus llagas.

Eugenio Fuentes

viernes, 3 de diciembre de 2010

SOCIOS DE HONOR


CONSTANT COMPAORE ARZOUMA

Sin Constant Compaore este proyecto no existiría. Constant fue nuestro guía en el viaje a Burkina Fasso del que salió la idea de la construcción de la escuela. Durante ese tiempo, Constant nos demostró a cada paso su capacidad, su dedicación y su responsabilidad. Nos presentó los aspectos más hermosos y peculiares de su pueblo, pero también todas sus carencias, que él y otras personas intentaban paliar ayudando a las niñas más pobres de Sansana para que pudieran ir a la escuela.
La absoluta confianza que pusimos en él, que siempre hemos mantenido y que nunca ha sido defraudada, fue la base de partida de nuestra implicación en este proyecto. Él nos permitió tener la certeza de que nuestra ayuda llegaría a sus destinatarios. Su apoyo y sus primeros contactos con el pueblo de Sansana y con las autoridades educativas y políticas nos animaron a lanzarnos a un proyecto que no sabíamos por dónde empezar.
Su colaboración ha sido indispensable en todas las fases del proyecto: se encargó de la compra y el transporte de material escolar para el curso 2009-2010, se desplazó a Burkina para preparar el viaje de Javier y le prestó una ayuda clave en los acuerdos con los políticos y funcionarios de Burkina con los que firmamos un convenio de cooperación, en la contratación de los trabajadores y en las relaciones con las personas del poblado. Viajó en el verano de este año a Sansana para informarnos de la marcha del proyecto y en todo momento ha estado dispuesto a prestarnos su colaboración. En la actualidad es el enlace con la persona que se encarga de la supervisión periódica sobre el terreno.
Constant, a pesar de su juventud, es un ejemplo de madurez, formalidad, seriedad, sensatez y dignidad y es también un ejemplo de cómo la inteligencia y el esfuerzo hacen a las personas superar las dificultades. Conocedor de la cultura de su pueblo y de varias de sus lenguas, está absolutamente comprometido con él, por lo que ha hecho suyo este proyecto y participa activamente.
La identidad y la cultura que trae Constant de su lugar de origen, Burkina Faso, se enriquecen con las de España, su actual residencia, en donde vive desde hace algunos años con su mujer, Mª José, y su hija Wendquni. Por todo esto, la Junta Directiva de la Asociación propone a Constant Compaore como Socio de Honor, en el convencimiento de que darle a Constant este título es, sobre todo, un honor para nuestra asociación.


JAVIER GARCÍA-RIVERA DE LA PLAZA


Hay una palabra que define mejor que ninguna la labor que realiza para la Asociación Javier García-Rivera: implicación.
Javier fue a Burkina Faso a construir una escuela, pero ni él ni nadie imaginaba en lo que se convertiría ese objetivo. El trabajo que Javier realizó en Sansana durante cinco intensos y agotadores meses superó con mucho nuestros propósitos iniciales.
Desde los primeros días, con la fundamental ayuda de Constant, desarrolló una labor frenética negociando firmemente con las autoridades, contratando al personal, comprando a un precio ajustado los materiales y peleando con los obreros que no seguían su ritmo de trabajo. Y todo ello en un país difícil y con temperaturas cercanas a los 50 grados.
Sensible a la detección de las nuevas necesidades que se fueron planteando sobre el terreno, fue proponiendo nuevas ideas y dándoles respuesta con eficacia y con una gestión económica rigurosa hasta llevar al proyecto a su dimensión actual, que ha suscitado la admiración de los cooperantes en la zona, que no podían creer que una sola persona, con un mínimo presupuesto fuera capaz de poner en marcha en tan poco tiempo y con éxito tantas iniciativas.
Javier ha impulsado la creación de asociaciones en el pueblo para la supervisión del proyecto y se ha convertido en una persona querida, admirada y respetada en la zona, prueba de lo cual fue la emotiva despedida que le dedicaron los alumnos y todo el pueblo de Sansana.
Pero su labor no terminó a su vuelta a Madrid. Desde entonces ha sido uno de los principales colaboradores de la asociación: ha asistido a reuniones de la junta directiva, ha colaborado en complicados trámites con bancos de Burkina Faso y nos ha mantenido en continua comunicación con las personas responsables en Sansana a las que conoce muy bien.
Responsabilidad, seriedad, rigor profesional, imaginación, capacidad de decisión y de trabajo, empatía y simpatía, en este joven arquitecto se reúnen estas y otras cualidades, pero sobre todas ellas la Asociación quiere destacar, como se ha dicho al principio, su implicación y su compromiso, que le han hecho dedicar gran parte de su tiempo al desarrollo del proyecto, pero también a su control y seguimiento. Estaríamos encantados de poder seguir contando con su colaboración.
También, en el caso de Javier, darle el título de socio de honor es sobre todo un honor para nuestra joven asociación.